Málaga y la Costa del Sol
3. Establecimientos turísticos sostenibles en Málaga
En los últimos años se ha asistido a un aumento espectacular de la preocupación por el medio ambiente, no solo desde la Administración Pública o la industria, hasta hace poco los únicos implicados, sino también por parte de actividades no industriales, entre las que se encuentran el turismo y la opinión pública.
La calidad ambiental se ha convertido en una demanda para toda la industria turística, una actitud que ha generado un nuevo reto en la gestión empresarial, con la integración del medio ambiente como elemento básico a considerar en la toma de decisiones. Por ello, gran parte de las actuaciones de las empresas, e incluso de la Administración Pública relacionada con el turismo, deben considerar su incidencia en el entorno, el gasto de materias y de energía, la generación de residuos, la sensibilización y formación del personal, así como de sus clientes.
Los principales recursos energéticos de Málaga como provincia son, claramente, la energía solar y la eólica. La provincia recibe una media de 2.900 horas de sol al año, mientras que los 161 kilómetros de litoral en la Costa del Sol y las crestas montañosas interiores, constituyen buenas fuentes de dicha energía eólica.
En un clima como el malagueño, y con una oferta turística mayoritariamente de sol y playa, la hegemonía del verano como periodo de alta ocupación turística sigue siendo una realidad. En este contexto, un diseño bioclimático adaptado tiene un altísimo potencial de ahorro energético.
Si bien la energía eólica es explotada a nivel territorial, no ocurre lo mismo con la solar. Aunque existen grandes extensiones de huertos solares en zonas rurales de la provincia, la mayor parte de la superficie de captación solar se concentra en las edificaciones del litoral.
La estrategia bioclimática básica puede ser la siguiente:
- Uso de paneles solares en sus dos modalidades:
- Panel solar térmico para calentamiento de agua. Los paneles solares térmicos ya forman parte de la imagen de la cubierta de muchas edificaciones, aunque aún aparecen como elementos añadidos al edificio. Es necesario integrar estos nuevos elementos en el lenguaje arquitectónico y, de paso, aumentar su superficie más allá de lo obligado por las administraciones. Especialmente importantes resultan en los establecimientos hoteleros, donde el consumo de agua caliente requiere entre un 20 y un 30% del consumo total de energía eléctrica.
- Panel solar fotovoltaico para producción de energía eléctrica. La integración arquitectónica de los paneles solares fotovoltaicos se encuentra en un estado aún más embrionario. Normalmente se colocan, al igual que los paneles solares, en la cubierta de las edificaciones, aunque también se empiezan a utilizar como elementos de control solar en huecos acristalados, por lo que, a la vez que producen energía eléctrica, colaboran en la refrigeración del espacio.
Integración arquitectónica de paneles solares. - Climatización natural integrada en el diseño arquitectónico. El objetivo es construir espacios que necesiten poca o ninguna energía para conseguir condiciones de confort, fundamentalmente de temperatura y ventilación en verano.
Algunas herramientas de diseño para un clima como el de la Costa del Sol son las siguientes:
- Ventilación cruzada. En las zonas de litoral, lo ideal es abrir huecos hacia el mar y en la fachada opuesta.
- Sombra. Uso de elementos textiles, como sombrillas, toldos, velas, pérgolas, etc.
- Agua. En verano contribuye a refrescar el ambiente, tanto real como psicológicamente. Su presencia es importante ya sea en piscinas, estanques, fuentes, etc.
- Vegetación. Su uso abundante reduce considerablemente la temperatura y, además, colabora en la captación de CO2.
El ahorro energético y la creación de microclimas de manera sostenible han cambiado, aunque aún deben hacerlo de manera más intensa dentro del paisaje urbano.
Aplicaciones técnicas, simples toldos o el desarrollo de vegetación autóctona, cambian el paisaje y lo hacen, además, más habitable y sostenible.
Estos recursos suponen un elemento clave para el desarrollo de las ciudades y deben ser el nuevo reto de integración para un equilibrio entre la modernización y el avance de las mismas, y los recursos naturales existentes.
3.1. Energía solar térmica.
La energía solar térmica consiste en el aprovechamiento de la energía del Sol para producir calor. Las propiedades básicas de la captación térmica de la radiación solar son:
- La absortancia, fracción de la radiación incidente sobre un cuerpo que es absorbida por el mismo, que debe ser alta.
- La transmitancia, cantidad de energía solar visible, infrarroja y ultravioleta, que atraviesa el sistema de vidriado, que debe ser nula.
- La reflectancia, propiedad de un cuerpo de reflejar la luz, cuyo valor debe ser bajo.
Por otro lado, la conversión fototérmica se puede clasificar en:
- Pasiva. Se produce a temperaturas bajas, por encima de la de ambiente, y no implica dispositivos especiales con partes móviles. Se emplea en la arquitectura, formando parte del concepto denominado arquitectura bioclimática.
- Activa. Incorpora algún tipo de movimiento de un fluido, bien de forma natural o forzada, y se subdivide en función de la temperatura en:
- Sistemas de baja temperatura, por debajo de 80º C. El calentamiento del fluido, aire o agua, se consigue mediante el empleo de dispositivos denominados captadores solares planos.
- Sistemas de media temperatura, hasta 350º C. En estos casos es necesario emplear elementos de concentración de la radiación, que, a su vez, incorporen algún tipo de dispositivo de seguimiento solar, de ahí que se clasifiquen en: sin movimiento, es decir, de absorbedores tubulares sobre los que incide la radiación solar concentrada; y con movimiento, en uno o dos ejes.
- Sistemas de alta temperatura, por encima de 350º C. Se requiere el empleo de dispositivos que concentren la radiación solar en un punto. Los dos tipos más utilizados son el disco parabólico y los helióstatos.
3.1.1. Captadores solares planos.
El funcionamiento de este sistema solar térmico se basa en el denominado efecto invernadero. La radiación solar, con su longitud de onda corta, atraviesa la cubierta transparente e incide sobre el absorbedor del captador, donde parte es transferida al fluido portador de calor en forma de energía térmica. Este, al calentarse, emite radiación con longitud de onda más larga, que no puede escapar porque la cubierta transparente es opaca, minimizándose las pérdidas tanto por conducción como por convección.
El absorbedor consta de un conjunto de tuberías por las que circula el fluido de trabajo, el cual, una vez ha captado la energía, se dirige hacia el elemento de acumulación o bien directamente al consumo. Tras ceder su energía, disminuye su temperatura y se dirige de nuevo al captador solar iniciando el ciclo.
Una instalación solar térmica de baja temperatura está formada por los siguientes elementos:
- Captador solar.
- Acumulador.
- Intercambiador.
Además, las instalaciones solares térmicas se pueden clasificar en dos tipos principales:
- De circulación natural o termosifónicas, en las que el movimiento del fluido portador de calor es producido mediante convección.
- De circulación forzada, donde el movimiento es provocado por la acción de una máquina hidráulica (bomba).
Existen numerosas configuraciones para este tipo de instalaciones, dividiéndose también en dos grupos, en función de que exista o no intercambiador:
- Directas. El fluido portador de calor pasa directamente del captador solar al consumo.
- Indirectas. Poseen un intercambiador que realiza una doble función: por un lado permite transferir el calor del fluido portador del mismo al de consumo; y por otro, evita que se pongan en contacto.
3.2. Energía fotovoltaica.
La energía solar fotovoltaica es un tipo de electricidad renovable obtenida directamente de los rayos del Sol, gracias al efecto fotoeléctrico de un determinado dispositivo, normalmente una lámina metálica semiconductora llamada célula fotovoltaica, o una deposición de metales sobre un sustrato, que se denomina capa fina.
Célula fotovoltaica.
Se usa para alimentar innumerables aparatos autónomos, para edificaciones aisladas y para producir electricidad para redes de distribución.
Los módulos o paneles fotovoltaicos están formados por un cristal o lámina transparente superior y un cerramiento inferior entre los que queda encapsulado el sustrato conversor y sus conexiones eléctricas. La lámina inferior puede ser transparente, pero lo más frecuente es un plástico de tedlar. Para encapsular, se suelen utilizar unas láminas finas y transparentes de EVA (Etileno Vinil Acetato) que se funden para crear un sellado estanco, transparente y resistente.
La corriente eléctrica continua que proporcionan los paneles fotovoltaicos se puede transformar en corriente alterna mediante un aparato electrónico llamado inversor, e inyectarse en la red eléctrica.
3.2.1. Panel fotovoltaico.
El parámetro estandarizado para clasificar un panel fotovoltaico, su potencia pico, se corresponde con la potencia máxima que el módulo puede entregar bajo unas condiciones de radiación de 1000 W/m² y una temperatura de célula de 25º C. Se dividen en:
- Cristalinas, que pueden ser:
- Monocristalinas: se componen de secciones con un único cristal de silicio, reconocibles por su forma circular u octogonal, donde los cuatro lados cortos son curvos, debido a que es una célula circular recortada.
- Policristalinas: cuando están formadas por pequeñas partículas cristalizadas.
- Amorfas, cuando el silicio no se ha cristalizado.
Su efectividad aumenta mientras mayores son los cristales, pero también su peso, grosor y coste. El rendimiento de las primeras puede alcanzar el 20%, mientras que el de las últimas puede no llegar al 10%, y en este caso, su coste y peso son muy inferiores.
3.3. Potencialidad del clima malagueño.
El clima de Málaga es muy templado en invierno, con temperaturas mínimas muy suaves. Por otro lado, el verano es caluroso, aunque moderado por la cercanía de la ciudad al mar.
En lo referente a precipitaciones, son bajas, con un promedio anual de 469,2 mm. Las mayores se dan entre noviembre y marzo, siendo muy seca la época estival. De otro lado, la insolación es muy elevada: 2.901 horas de sol anuales de promedio, cuyo valor máximo corresponde a julio, con 354 horas; y el mínimo a diciembre, con 167 horas. Los vientos dominantes son de sur y sureste con velocidades poco elevadas en general.
Dicho todo esto, no cabe duda de que conocer la energía utilizable, las posibilidades de cada zona y su fomento dentro del ámbito turístico, sería una información de gran valor. Así, para saber cuánta energía solar podrá captarse en cada punto de la ciudad, la Universidad de Málaga ha llevado a cabo un proyecto, que ha recibido el Premio de Innovación de Eurocities, tras competir con otros dos, concretamente de Utrecht (Holanda) y Reykiavik (Islandia).
Este proyecto ha durado más de cinco años, cuatro de los cuales se dedicaron a investigación y el resto se basó en la colaboración práctica entre investigadores y la Agencia Municipal de la Energía. Consiste en la creación de un atlas solar digital, vinculado a Google Earth que calculará la radiación solar recibida, en el punto y durante el tiempo especificado, teniendo presente la orientación de la superficie receptora.
Además, se puede calcular la posición del Sol determinando la situación del observador y, si se conoce la orientación y las características del terreno (el relieve, por ejemplo), se podrá calcular la intensidad y la energía con la que el Sol irradia el terreno.
Radiación solar.
Localidad | Clima | Latitud | Altitud | Años Registrados |
---|---|---|---|---|
Oviedo | Atlántico | 43.35º | 348 | 1977-1984(8) |
Logroño | Continental | 42.46º | 372 | 1981-1984(4) |
Madrid | Continental Extremo | 40.45º | 664 | 1977-1984(8) |
Palma de Mallorca | Mediterráneo Insular | 39.33º | 32 | 1977-1984(8) |
Badajoz | Continental Atenuado | 38.89º | 185 | 1976-1983(8) |
Murcia | Mediterráneo Árido | 38.00º | 69 | 1977-1984(8) |
Málaga | Mediterráneo | 36.66º | 7 | 1977-1984(8) |
Estación de datos climáticos.
3.3.1. Aplicación arquitectónica: OMAU (Observatorio de Medio Ambiente Urbano de Málaga)
El edificio del OMAU, es decir, el Observatorio de Medio Ambiente Urbano de Málaga, se emplaza en lo alto de una cornisa litoral entre el Mar Mediterráneo y el bosque del parque natural de El Morlaco. Tiene 981 metros cuadrados de superficie construida y 711 útiles, mientras que la parcela cuenta con unos 2.000 metros cuadrados, aproximadamente.
OMAU Málaga.
El diseño ha seguido criterios de sostenibilidad y ahorro energético. Entre las medidas concretas para este fin, sobresalen las siguientes:
- Orientación: apertura de huecos al sur. Estos están protegidos del Sol mediante la galería de acceso y la propia forma del edificio. En verano, estas sombras permiten reducir, considerablemente, la radiación en el interior del edificio, al tiempo que se mantienen las excelentes vistas al mar. En invierno, cuando se necesita, se consigue un calentamiento al incidir los rayos solares sobre los ventanales con un ángulo bajo, y no ser interrumpidos por los volúmenes salientes.
- Creación de un eje de ventilación norte-sur. Esta ventilación cruzada aprovecha las brisas diarias entre el mar y la cornisa montañosa, refrigerando el edificio en verano.
- Aprovechamiento de la radiación solar y su reconversión en energía eléctrica. Un total de 96 metros cuadrados de superficie de paneles fotovoltaicos de células de silicio monocristalino se han instalado en cubierta con orientación sur y una inclinación de 34º con la horizontal.
- Utilización del agua de lluvia. Es captada y almacenada en cubierta para sus posteriores usos en los sistemas de riego de los espacios exteriores.
- Cubierta ecológica. Unos 30 metros cuadrados de esta se resuelven como cubierta vegetal, con plantas aromáticas como lavanda, romero, tomillo, etc.
- Compensación de materias. La tierra de desmonte para la explanación se ha vuelto a utilizar como tierra aportada en los rellenos.
- Materiales ecológicos. Se han utilizado elementos que tienen altos índices de reincorporación al medio ambiente o capacidad de reciclaje, además de materiales de terminación naturales.
En este edificio se ha renunciado a la instalación de sistemas de captación de energía solar térmica para agua caliente sanitaria, dado que las necesidades son bastante menores que, por ejemplo, en una vivienda unifamiliar y su empleo sería claramente antieconómico. Es más rentable utilizar el espacio para paneles fotovoltaicos.
El resultado final es un edificio de un mínimo impacto ambiental y una altísima eficiencia energética, que adelanta muchas de las soluciones de primer nivel en el campo de la arquitectura bioclimática.