Málaga, 4 de febrero de 2025
Enero de 2025 se ha saldado con un aumento de 2.412 parados, alcanzando los 121.486 desempleados. Son 13.680 parados menos que hace un año, marcando el nivel de paro más bajo para un mes de enero desde 2008. Por sectores, Servicios ha experimentado un incremento de 2.544 parados, seguido a distancia por la Industria (+102) y la Agricultura (+91). Por su parte, la Construcción ha registrado un descenso del desempleo en 352 personas.
El número de cotizantes a la Seguridad Social se ha situado en 703.752 personas, 10.493 menos que el mes anterior, aunque indica un crecimiento de 23.682 trabajadores activos respecto del pasado año.
Desde la Confederación de Empresarios de Málaga – CEM, se valoran estas cifras conforme a la “tendencia habitual de cada mes de enero, con el aumento del número de parados después de una campaña de Navidad de mucho impacto en el empleo”, según su vicepresidenta ejecutiva y secretaria general, Natalia Sánchez.
Destaca que “a pesar de las oscilaciones del empleo dentro del año, según el momento, es la comparativa interanual la que nos da la clave de cómo se está comportando el mercado de trabajo”. En este sentido, Natalia Sánchez subraya que “nuestra provincia viene registrando hasta ahora un crecimiento continuado del empleo, reduciendo su tasa de paro y ampliando el número de cotizantes”.
No obstante, CEM aborda con cautela la previsión del recién iniciado año 2025 dada “la incertidumbre que rodea nuestra economía; en el ámbito global, a nivel europeo y, por supuesto, en clave nacional”. Así, Natalia Sánchez se refiere a “un contexto muy inestable, expuesto a variables que podrían impactar en nuestra economía y, particularmente, en el empleo, ralentizando nuestro crecimiento”; por ejemplo, “las acciones arancelarias que se están desencadenado, el estancamiento del dinamismo económico en Europa o la falta de competitividad en España”.
Sobre la situación particular en nuestro país, la vicepresidenta de CEM apunta que, “a pesar de los buenos resultados de 2024, en clave macroeconómica, continuamos arrastrando problemas estructurales que suponen un riesgo claro para garantizar nuestro crecimiento y fortaleza a medio y largo plazo”, refiriéndose a “nuestro déficit de productividad, el reducido tamaño de nuestras empresas, la falta de inversión en ámbitos estratégicos o, sobre todo, la falta de seguridad jurídica que desincentiva y dificulta la generación de actividad económica”.
Una situación que “lejos de revertirse, se agrava con políticas que aumentan la presión sobre las empresas, tanto en materia fiscal como en incremento de los costes sociales y laborales, regulación excesiva o medidas descompensadas, como el anteproyecto de ley para la reducción de la jornada laboral”.
Por tanto, se insiste desde CEM, “las empresas necesitan confianza y certidumbre para generar empleo, invertir y crecer; necesitan contar con un ecosistema propicio, de apoyo e incentivos a la actividad empresarial; demandan respeto al diálogo social y claridad en las reglas de juego”.