Málaga, 28 de enero de 2025
La Encuesta de Población Activa (EPA), publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este martes certifica, en su conjunto, el dinamismo que ha seguido el empleo en la provincia de Málaga en el conjunto de 2024. Así, finaliza el ejercicio con 743.100 ocupados (22.700 más que al cierre del año anterior) y 108.700 parados (33.500 menos que hace un año).
Todo ello, con una tasa de paro del 12,76%, que marca un descenso interanual de 3,7 puntos y se queda a menos de un punto del récord absoluto de la provincia, el tercer trimestre, cuando se situaba en el 12,06%. En este sentido, la tasa de paro en Málaga continúa por encima de la nacional (10,61%) pero por debajo de la andaluza (15,76%). En cuanto a los sectores de actividad más representativos, destaca el aumento del número de ocupados en Servicios (+15.200), Construcción (+4.100) o Agricultura (+1.500), así como el descenso en Industria (-4.300).
La vicepresidenta ejecutiva y secretaria general de la Confederación de Empresarios de Málaga – CEM, Natalia Sánchez, valora esta última EPA “que muestra una progresión positiva del empleo en Málaga; manteniéndose en la tónica general que observamos mes a mes, también, con los datos de afiliación a la Seguridad Social: seguimos generando empleo y reduciendo el paro anualmente”. Además, “observamos el dinamismo de determinados sectores de actividad, que están creciendo y generando empleo; los vinculados a Servicios, un sector muy amplio y diverso que recoge no sólo segmentos turísticos o de hostelería, sino también actividades tecnológicas o de consultoría. Y la Construcción, que viene activándose y ganando peso, especialmente, en este último tramo del pasado año”.
Respecto del recién iniciado 2025, Natalia Sánchez transmite “cautela en la previsión del comportamiento del empleo, en un año que será clave para medir su evolución respecto de los últimos ejercicios, en torno a circunstancias muy diversas”. Por un lado, apunta a determinados indicadores, como la evolución del PIB, que prevén una desaceleración generalizada, aunque continúen en márgenes de crecimiento. “Los análisis que venimos conociendo apuntan a un crecimiento continuo, pero a menor ritmo, tanto de la economía en general como del empleo en particular”.
En este sentido “las empresas se enfrentan a un contexto de tensión global, incertidumbre e inestabilidad, a lo que se suma la tensión regulatoria y el constante aumento de los costes laborales en España”. Así, “las políticas del Gobierno respecto de la reducción de la jornada laboral o la actualización del SMI implicarán una dificultad añadida para que se estimule la creación de empleo, en un entorno ya de por sí incierto e inestable”.