Esta mañana se ha inaugurado con una asistencia de más de 200 empresarios, la I Convención Empresarial de la provincia de Málaga bajo el título de “La empresa malagueña: retos de presente y futuro”, organizada por el Instituto de Estudios Cajasol con la participación de CEM.
La inauguración corrió a cargo de Antonio Pulido, Presidente de la Fundación Cajasol, y la clausura, al mediodía, correspondió a Javier González de Lara, Presidente de CEA y CEM. Entre una y otra disertación, tuvo lugar la mesa redonda, “¿Realidad o ficción en la salida de la crisis?”, en la que intervinieron Gumersindo Ruiz Bravo de Mansilla, Catedrático de Política Económica de la UMA, y Rogelio Velasco, Catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y profesor de Emprendimiento en el IE Business School de Madrid. Adelaida de la Calle, Rectora de la UMA, fue la moderadora.
La segunda mesa redonda, sobre las 12 del mediodía, se tituló “La experiencia de la internacionalización en las empresas malagueñas” y contó con Rafael Domínguez de Gor, Presidente del Grupo Mayoral, y María Paz Hurtado, Presidenta de Hutesa Agroalimentaria. Moderó Jerónimo Pérez, Presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación y Vicepresidente de CEM. Y la tercera y última mesa redonda, “La comunicación en las empresas. ¿Sabemos comunicar, sabemos vender?”, tuvo como protagonistas a José Manuel Velasco, Presidente de DIRCOM y Director de Comunicación de FCC; Ana Palencia, Directora de Comunicación de Unilever España; y Vanesa Feo Kutch, responsable de Comunicación de Cosentino. Moderó José Vicente Astorga, Adjunto a la Dirección de diario Sur.
Javier González de Lara explicó en su intervención que se había pretendido ofrecer una imagen cercana y real de la Málaga empresaria –“una provincia caracterizada por el espíritu innovador y el afán de superación de sus empresas y profesionales que saben aunar todo tipo de actividades empresariales emergentes y consolidadas, en un permanente proceso de reinvención”.
El Presidente de CEA y CEM señaló: “Se atisban, muy tímidamente, los primeros signos de lo que parece ser la recuperación económica. Señales que aparecen tras casi siete años de dura crisis, caracterizados por una paralización en el desarrollo, una sustancial pérdida de actividad económica y de puestos de trabajo, y un considerable desequilibrio de las cuentas públicas”. Por estas razones, “las empresas han tenido que asumir como principal reto el de sobrevivir”. El balance más negativo, con su secuela de paro, ha sido la destrucción de casi 50.000 empresas en los últimos años y el cese en su actividad de casi 90.000 autónomos. Javier González de Lara dijo: “Es tiempo, pues, de mirar al futuro, esperando que los próximos ejercicios consoliden esta nueva tendencia de crecimiento económico. Y es también tiempo de aportar, desde todas las instancias públicas y privadas, recursos e ideas para la materialización de esa nueva etapa en nuestras empresas y en la sociedad malagueña”.
La clave, para el Presidente de los empresarios andaluces y malagueños, es que se responda a las principales demandas empresariales de los últimos años: la necesaria y urgente reforma de la fiscalidad; el acceso al crédito bancario y extra bancario por parte de las empresas; la reducción de la excesiva regulación administrativa y de la persistente burocracia, y la modernización del sistema de relaciones laborales.
En cuanto a los retos de futuro, González de Lara citó la renovación del modelo productivo en Andalucía en el marco de la Propuesta 2020 para la reindustrialización; más industria y más innovación –que se traducirá en menos desempleo-; la internacionalización de las estructuras productivas y empresariales; la creación y desarrollo de empresas en los sectores de generación intensiva de empleo, como son la construcción e infraestructuras, el turismo y el sector agroalimentario., y la creación y desarrollo de empresas en los sectores estratégicos y de futuro como la industria aeronáutica, las empresas de base tecnológica, las dedicadas a la logística y al transporte, la distribución comercial, el medio ambiente, la energía o las industrias culturales. El reto fundamental, más cualitativo que cuantitativo explicó González de Lara, es el tamaño puesto que el tejido empresarial andaluz tiene una estructura basada más que en la pyme en la microempresa y en el empresario autónomo, de ahí la apuesta por las pymes.