Tras la difusión, en el día de hoy, de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) referidas al primer trimestre de 2016, se constata que se ha seguido el comportamiento propio del primer trimestre del año, con un aumento del número de desempleados en Málaga.
La tasa de paro se sitúa en la provincia en el 28,03%, y la de Andalucía en el 29,7%, por encima de la nacional (21%).
La Comunidad Autónoma, sin embargo, fue una de las siete regiones españolas donde bajó el desempleo, con 9.100 personas menos en paro.
En términos absolutos, son 225.200 las personas que según la EPA se encuentran en desempleo en nuestra provincia. En comparación con el trimestre anterior, son 10.700 demandantes de empleo más.
Por otra parte, el número de ocupados bajó en Málaga en el primer trimestre del año en 2.300 personas, alcanzando la cifra de 578.200. En cuanto a la población activa, aumentó en 8.400 personas.
Respecto a la comparativa interanual, Málaga registra 37.700 parados menos que en el primer trimestre de 2015, lo que supone 4,7 puntos porcentuales de diferencia. Además, la cifra de ocupados ha aumentado en 29.100 personas respecto al mismo periodo del año anterior.
Los datos citados reflejan el comportamiento propio del primer trimestre en nuestra provincia, en que, tras las contrataciones propias del periodo navideño y las rebajas, aumenta el desempleo. No obstante, debe destacarse en clave favorable la perspectiva interanual.
Resulta fundamental, en el contexto de leve recuperación económica y del empleo que vivimos, priorizar las políticas encaminadas a reactivar la actividad productiva, con el objetivo de generar desarrollo empresarial y empleo, garantizando la vuelta a la senda del crecimiento en nuestra provincia.
Así, la lucha contra el desempleo, especialmente en colectivos vulnerables, el refuerzo de nuestros sectores productivos principales junto con la aplicación de medidas innovadoras que permitan el desarrollo de otros sectores de futuro en Málaga, y un apoyo decidido a la generación y el mantenimiento de nuestras empresas y autónomos, son más que nunca imprescindibles.
Todo ello, sin olvidar la urgencia de favorecer un marco político e institucional estable, que genere la confianza necesaria para garantizar seguridad jurídica y atracción de inversiones.