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Los Retos de la Empresa Andaluza (1/2)

Ahora que abordamos el último cuatrimestre de este año y comienza un nuevo curso político, podemos afirmar que hoy estamos en un nuevo escenario económico y empresarial, en Andalucía y en el resto de España. Ya no son tan urgentes las grandes reformas; ya no es urgente devolver confianza a los mercados internacionales, como lo demuestran la estabilización de nuestra prima de riesgo o las declaraciones más o menos positivas de instituciones como el FMI. Los datos macroeconómicos y también los sectoriales desgranan día a día novedades cada vez más satisfactorias.

Estamos en un nuevo escenario en el que lo más importante es salir de las crisis para crecer. Éste es el gran reto que hoy tenemos todos por delante: volver a la senda de crecimiento más o menos sostenido que ha sido la tónica de nuestro desarrollo desde el fin de la segunda guerra mundial. Y para eso sólo hay un medio eficiente: la empresa. Más y mejores empresas. Con mayor dimensión. Con mejor financiación. Y todo ello en un escenario de estabilidad y confianza.

También estamos ante un nuevo escenario sociopolítico. En estos últimos meses, hemos vivido dos convocatorias electorales, y estamos pendientes de la convocatoria de otras dos nuevas, las catalanas en su ámbito territorial y complejo contexto, y las elecciones generales. Esos procesos electorales han configurado un nuevo escenario político en todo el territorio español, en el que los tradicionales partidos mayoritarios han perdido su capacidad de gobernar por sí mismos, y ahora requieren de terceros para consolidar sus gobiernos.

Y en ese sentido, no creo que hasta el momento se hayan producido buenas noticias en muchos de los territorios y de las administraciones de nuestro país, pues la mayoría de las propuestas que se están poniendo en marcha o anunciando tienen relación con medidas de carácter social, paliativas de dificultades, pero no generadoras de soluciones. Sin duda alguna, ése no es el camino para salir de la crisis. El camino es más empresa, más actividad productiva y, por tanto, más empleo y más ingresos.

Andalucía, sus empresas, precisan estabilidad, seguridad jurídica, certeza económica, criterios claros y coherencia. Por ello, desde el mundo empresarial seguimos apostando, y no nos cansaremos de ello, por la gestión privada de servicios; la simplificación y agilización administrativas; las inversiones en hacer más productivos nuestros parques empresariales y polígonos industriales, así como el apoyo a las infraestructuras de desarrollo. También abogamos por facilitar la actividad productiva de los sectores turístico, logístico, comercial, aeroespacial, tecnológico, agroalimentario, minero y muchos otros. Esa debe ser la senda por la que discurran los nuevos gobiernos.

En este nuevo escenario es importante, más que nunca, nuestra imagen como sociedad. Debemos promover una imagen de Andalucía sin estereotipos y tópicos, que responda a la realidad social y económica. Una Andalucía, que sea un lugar idóneo para la inversión. Esta imagen debe poner en valor nuestra tierra, nuestro capital humano y nuestro nivel de desarrollo económico y social y proyectar hacia el exterior una nueva imagen de Andalucía, moderna y fiel a nuestra realidad. Debemos renovar la “Marca Andalucía”, a través de propuestas solventes como ya hemos realizado a la presidenta de la Junta de Andalucía.

En esta cuestión es importante implicar a todos los territorios andaluces para sumar fortalezas, esfuerzos y compromisos, huyendo de localismos y protagonismos estériles. En tal sentido, ese eje económico y empresarial Sevilla – Málaga, que está comenzando a diseñarse, es una buena noticia para toda Andalucía, pues difunde un mensaje de unidad y trabajo conjunto que beneficia a todos.

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